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NACE LA FIERA

Quién diría que ya han pasado poco más de ocho años desde que estaba haciendo mi primera cerveza casera en la cocina de mis papas.

Como muchos, hice desastres: puse a fermentar la cerveza en un clóset oscuro, con la temperatura de Panamá, y por supuesto esa fermentación fue sumamente activa y todo lo que había dentro del clóset quedo llenó de cerveza y krausen.

En verdad, nadie hubiese pensado cuando hice esa cerveza (una belgian golden strong) que un par de años más tarde iba a cambiar mi profesión de arquitecto a cervecero. No solo eso, sino tener la buena fortuna de ganar premios en competencias internacionales.

La verdad es que he estado pensando mucho últimamente en este recorrido, y todos los altibajos que han venido. Mi viaje arrancó de verdad sentado con unos primos (que al final terminaron siendo mis socios) en la Birreria de Eataly en Nueva York. Ya tenía un par de cervezas hechas y pensaba que sabía lo que estaba haciendo, y se nos ocurrió la grandiosa idea de hacer algo similar en Panamá (teníamos un par de cervezas encima y los niveles de confianza altísimos).

Ya en Panamá, le bajamos un poco a ese sueño empapado de cerveza y arrancamos un proyecto más aterrizado que terminó siendo El Republicano.

No teníamos la menor idea en lo que nos estábamos metiendo y después de varios golpes, peleas entre socios y burocracia estatal, un par de años después logramos abrir El Republicano en junio del 2016. Era mi primera vez haciendo cervezas de manera comercial y creo que hay muy pocas cosas más satisfactorias que alguien te diga que la cerveza que tú haces es su cerveza favorita. Estaba haciendo cervezas en un equipo de 40 litros, donde sacaba 4 kegs de cerveza los viernes y ya el domingo se habían acabado. El Republicano se había vuelto uno de los referentes de cerveza artesanal en Panamá.

Al par de meses surgió necesidad de aumentar nuestro volumen y se presentó la oportunidad de comprarle el equipo de 200 litros a Boquete Brewing Company. Ahí arranqué un ciclo de colaboraciones y experimentaciones con distintos estilos, que al día de hoy siguen en Feroz. Empecé una búsqueda de estilos diferentes, estilos antiguos, estilos desaparecidos y sacamos cervezas que estaban teniendo muy buena aceptación.


 
A mediados del 2017 decidí enviar nuestras cervezas a la Copa Cervezas de América en Chile, creo que la copa más importante a nivel latinoamericano.

Lo hice más que todo por la retroalimentación que iba a conseguir de la competencia, y en octubre de ese año ocurrió lo que jamás pensé que iba a pasar: Mal de Ojo, la cerveza emblemática de El Republicano, ganó medalla de plata en la CCA. Este fue el punto de partida que dio inicio al viaje hacia Feroz.

A ese momento, todavía estaba –como le decía a todo el mundo– de arquitecto en el día y cervecero en la noche. Pensaba que era buen arquitecto, sin embargo estaba ganando reconocimiento como cervecero y la medalla fue el empujoncito que necesitaba para dedicarme completamente a la cerveza.



Me senté con mi amigo –y ahora socio– César y comenzamos a armar lo que se iba a convertir en Cervecería Feroz. El primero con quien conversé después de César fue Francisco, también socio de El Republicano, y no tomó más que una breve llamada para que él me dijera que estaba adentro. No puedo pasar sin decir que después de mis papás y hermanos, que han confiado plenamente en mi, la confianza que me han depositado mis primos Francisco, Fernando y Adolfo (también socios de Feroz) es algo que no tengo palabras para describir lo que significa para mi. Y así, poco a poco fuimos armando el grupo que se convertiría en Cervecería Feroz.

Feroz finalmente inició a producir cervezas en mayo del 2019 y ha sido un viaje fenomenal. Para nosotros las frases “cervezas experimentales pero fáciles de tomar” y “cervezas artesanales para curiosos indomables” son la base de lo que hacemos, desde hacer estilos que nunca se habían hecho en Panamá hasta utilizar un ingrediente como el nance (que de salida me dijeron que estaba loco cuando dije que iba a hacer una cerveza con nance).

Para nosotros es sumamente gratificante ver la cara de felicidad de nuestros clientes y amigos cuando disfrutan una de nuestras cervezas o cuando recibimos comentarios positivos sobre las mismas. Hemos tenido la fortuna de ganar unas cuantas medallas en un corto tiempo y estamos preparados para seguir trayéndoles cervezas feroces por un buen rato más.


 
¡Salud!

- Antonio González Ruiz.